Por otro lado las arrugas también pueden formarse por la pérdida de la elasticidad cutánea y la posterior acción de la gravedad (arrugas gravitacionales), además de los factores externos que influyen en el envejecimiento como el daño solar, el tabaco, el alcohol, una alimentación inadecuada o las variaciones bruscas de peso.

Las localizaciones más habituales son a nivel de la frente (frontales), las arrugas del entrecejo (glabelares), las que aparecen alrededor de los ojos (perioculares) o por delante del pabellón auricular (preauriculares) y las conocidas también como líneas de marioneta.

Para realizar una correcta evaluación de las mismas en consulta, y poder indicar el tratamiento más adecuado, es fundamental realizar un estudio dinámico facial, es decir, estudiando los movimientos que realizan nuestros músculos de la cara con las expresiones más habituales (reir, fruncir el ceño…etc)

El tratamiento de elección de las arrugas dinámicas es la toxina botulínica a través de su efecto neuromodulador. Estas arrugas las encontramos principalmente en el denominado tercio superior de la cara que comprende la zona de la frente (frontal), el entrecejo y las patas de gallo.

Por otro lado el tratamiento más adecuado para las arrugas estáticas pueden ser varios como los tratamientos cosméticos, los rellenos con ácido hialurónico o los peelings.

Decir también que en ciertas ocasiones las arrugas dinámicas pueden requerir la combinación de tratamiento como por ejemplo toxina botulínica con el ácido hialurónico.